Algatocín - Benarrabá - Genal (23/feb/2013)

Cuando en septiembre hicimos el calendario minero para el curso 2012/13, a este humilde güebmáster se le ocurrió proponer una excursión al valle del Genal, entre otras cosas porque nunca había ido con el grupo allí. La más cercana fue a la Almola y se la perdió y la excursión de Parauta fue con los Amigos de la Concepción. El caso es que la propuesta fue bien recibida y contestada con un "pues nada, majo, propón tu la ruta concreta".

Este humilde güebmaster no es precisamente el que más conoce las rutas de Málaga, pero le habían comentado que los alrededores de Genalguacil eran los más bonitos y, por otro lado, contaba con el libro "Serranía de Ronde. Guía de Senderos", editado por el CEDER Serranía de Ronda, que explica detalladamente, incluso con mapas y ortofotos, los senderos de pequeño recorrido que la Federación Andaluza de Montaña ha homologado por los pueblos de la Serranía. Con esa herramienta y otras digitales, los tracks GPS de los senderos están disponibles en la web de la Federación, la primera idea fue un recorrido circular que pasara por Genalguacil. Siguiendo los senderos marcados, salía una ruta muy interesante: Algatocín - Benarrabá - Genalguacil - Jubrique - Benalauría y vuelta a Algatocín. En total sumaban más de 20 km con subidas y bajadas continuas, por lo que parecía más razonable hacerla en dos días, durmiendo el sábado por la noche en mitad de camino, por ejemplo en una casa rural en Jubrique. Sin embargo, la experiencia indicaba que las reuniones con una noche fuera eran más difíciles por la intensa vida social de los participantes, por lo que la propuesta se redujo a la primera parte: Algatocín - Benarrabá - Genalguacil y vuelta. Aún así, esa ruta eran unos 9 km en cada sentido, y busqué un camino alternativo para volver de Genalguacil a Algatocín que fuera más corto. Con ayuda de los mapas de Google de de Iberpix me pareció encontrar una alternativa por carriles, aunque en un par de sitios, como la llegada a Algatocín, no se veía tan claro.

Seguir Leyendo Pero no era cuestión de fiarse de los mapas, porque los papeles lo aguantan todo, así que la semana anterior me fui con la bicicleta a hacer el recorrido previamente yo solo. Tras dos horitas de coche y armado con el GPS, empecé el camino. Me costó encontrar la entrada al camino entre Algatocín y Benarrabá, porque no estaba donde indicaba el track que había descargado de internet, aunque los comentarios del libro de senderos sí eran correctos. El tramo entre Algatocín y Benarrabá estaba suficientemente bien para hacerlo en la bici sin mayor problema y la señalización no era mala, aunque en un cruce me tuvo que avisar el GPS de que me había ido por el camino equivocado.

Una vez en Benarrabá, inicié el otro tramo de la excursión prevista, el camino a Genalguacil. La primera parte del recorrido era por un carril bastante aceptable y la señalización tampoco estaba mal, aunque el GPS también me echó una mano en este tramo. La pendiente era fuerte, lo que hacía una poco incómodo ir en bici, pero se hacía sin mayor problema. Sin embargo, en un momento dado, el camino a Genalguacil abandonaba el carril principal y seguía por una vereda más estrecha, más empinada y en un estado de conservación terrible. ¿Las motos de motocross, la erosión de la lluvia, un combinado de ambos factores? Por ahí ya no se podía ir en bici, tenía que llevarla al lado, a veces por dentro de las zanjas abiertas por las escorrentías. Por suerte, ese tramo hasta el Genal no era demasiado largo.

Tras cruzar el río por un vado cementado no conseguí encontrar indicaciones del sendero PR que estaba siguiendo, sino solo de un sendero local. El GPS me indicaba que siguiera por donde esas indicaciones, cruzando por un cañaveral y por en medio de una ladera completamente agreste. No es que el camino estuviera mal, es que no había camino. En ese momento escuché a dos motoristas de motocross que estaban subiendo por allí. Les pregunté si ese era el sendero PR que llevaba a Genalguacil, y me dijeron que no sabían si eso estaba marcado como PR, que por allí se llegaba a Genalguacil, pero no con la bici. Me recomendaron que volviera al prado que había visto al cruzar el río y que siguiera el carril principal que partía de él. En un determinado momento, debía girar a la izquierda y enlazaría con un camino asfaltado a Genalguacil. Les hice caso, volví sobre mis pasos hasta el prado, monté en la bici y tomé el carril. Un carril a lo largo de un afluente del Genal, el río Almarchal, con una preciosa vista del barranco por el que bajaba el río. Seguí un rato por el carril hasta que me pareció que ya me había pasado la entrada a Genalguacil que me habían propueso los motoristas. En esos momentos no me servía el GPS porque ya no estaba siguiendo la ruta que había cargado y no tenía un mapa en condiciones. Volví atrás y encontré el cruce que me había explicado, así que subí por él, con una sensación mala, porque estaba asfaltado y no me parecía interesante proponer ese camino al resto del grupo.

Cuando llevaba un poco por la parte asfaltada, el GPS me avisó de que había vuelto a la ruta. Miré alrededor, pero no se me ocurría por dónde podía estar el famoso sendero local. Finalmente lo encontré, incluso con un cartel explicativo. La parte que bajaba al río parecía estar en buenas condiciones en los primeros metros, pero no investigué mucho más. Decidí retomar el PR, que ese lugar era una vereda estrechita y muy empinada, por lo que tuve que ir otra vez con la bici al lado. El inconveniente principal que le veía era que estaba muy cerrada y que no se veía paisaje. Cuando llegué a la parte más alta, se aclaró el camino y, además de tener algo de paisaje, pude volver a la bici en algunos tramos. En esa parte me volví a encontrar a los motoristas. Poco antes de llegar al polideportivo de Genalguacil vi una indicación de un sendero local "El Sendero del Prado de la Escribana", que tenía un aspecto prometedor. Me acerqué al pueblo a conocerlo y, tras sopesar si almorzaba allí decidí volver a Algatocín a comer y que no iba a inspeccionar el camino alternativo que había visto en las ortofotos. Volví por la carretera en la bici y pude comprobar que Algatocín está más alto que Genalguacil.

A la vuelta a Málaga estuve investigando un poco y descubrí que el sendero del Prado de la Escribana era un sendero local que bajaba de Genalguacil por el carril que discurría paralelo al río Almarchal y que subía por el mismo sitio que el PR que había intentado seguir desde el Genal. Con esos datos y la experiencia en primera persona, propuse que hiciéramos el camino de Algatocín a Genalguacil siguiendo los PRs hasta el Genal y que fuéramos a Genalguacil desde allí por el sendero del Prado de la Escribana. Previamente habríamos dejado suficientes coches en Genalguacil y volveríamos por la carretera, con la posibilidad de comer en la Venta de San Juan, junto al río Genal.

El grupo confió en mí y salimos el día acordado un poco más temprano de lo acostumbrado, porque el camino era largo. Como estaba planeado, desayunamos unos sabrosos churros en la plaza mayor de Algatocín y tres conductores fueron a Genalguacil a dejar dos coches (eramos 9 en total) y los demás turisteamos un poco por el pueblo mientras los esperábamos. Cuando volvieron los conductores nos avisaron de que el río llevaba mucha agua. Iniciamos el camino, con el primer tramo de carretera hasta encontrar el arranque del PR. El camino hasta Benarrabá discurrió plácidamente, disfrutando de magníficos ejemplares de alcornoques y sorprendidos por la presencia más bien frecuente de cítricos.

Cruzamos Benarrabá y empezamos el PR hacia Genalguacil, también disfrutando el paisaje, el entorno, los ejemplares de árboles que había a lo largo del camino, etc. Nos desviamos del carril principal para coger el sendero que llevaba al Genal y, según íbamos acercándonos al río, los demás me preguntaban por dónde íbamos a pasar el río. Cuando llegamos a la orilla del río, vimos que era imposible pasar por el vado de cemento por el que crucé la otra vez, estaba cubierto de agua. No era muy profunda, pero sí que venía con mucha fuerza. Mientras estábamos pensando en cómo podíamos cruzar el río, llegó un todoterreno de la Guardia Civil y sus ocupantes nos confirmaron que era una temeridad intentar pasar por ahí, andando o en coche, y que no había otro paso cerca, así que tuvimos claro que teníamos que volver andando a Algatocín y recuperar posteriormente los coches. Afortunadamente, la pareja de la Guardia Civil fue muy, muy amable y se ofreció a llevar a dos conductores a Genalguacil a recuperar los coches. El plan cambió y quedamos en vernos todos en Benarrabá y volver en coche desde allí a Algatocín. Los demás
comimos allí mismo antes de retomar el camino de vuelta a Benarrabá.

Pensamos no volver a Benerrabá por el mismo sitio que habíamos bajado, sino siguiendo un cartel de sendero local que había donde comimos. El camino se iniciaba por un carril que subía, primero paralelo al Genal, y después separándose de él. El resto del camino era similar, un carril en muy buenas condiciones y una pendiente asumible. Por el camino vimos varios indicadores y un cartel con la explicación de varios caminos, entre ellos por el que veníamos. Había otra opción, una veredita más directa y más empinada, pero decidimos seguir por el mismo camino. Al llegar a Benarrabá llamamos a los conductores para ver dónde estaban y los encontrábamos dándose un sabroso homenaje en el restaurante Kábilas, del encantador hotel Banú Rabbah. Tras un refrigerio reconfortante volvimos en los coches a Algatocín, donde nos despedimos con la intención de volver otra vez para hacer el camino que el río nos había impedido.

Estas son las fotos de la excursión.

Descripción de la ruta

La excursión discurre completamente por senderos marcados oficialmente, unos son senderos de pequeño recorrido marcados por la Federación Andaluza de Montaña y otros son senderos locales marcados por los ayuntamientos. La primera parte corresponde al PR-A 239 de Algatocín a Benarrabá. Todo el camino va por un carril amplio y con un estado de conservación bueno, aunque las indicaciones no están bien mantenidas. El inicio está fuera del pueblo, en la carretera y hay que saber encontrarlo (minipunto en contra). El camino no es largo, unos 4 km, y tiene una pendiente descendiente marcada casi todo el tiempo, excepto en la llegada a Benarrabá. Apenas tiene dificultad.

La segunda parte es el PR-A 240 a Genalguacil. Yo lo dividiría en dos partes, de Benarrabá al Genal, y del Genal a Genaguacil. De Benarrabá al Genal la bajada también es muy pronunciada, el primer kilómetro y medio, más o menos, es un carril similar al que llega desde Algatocín, fácil de andar, pero cuando el camino se separa del carril principal para bajar al Genal, el camino empeora, tiene partes muy pendientes y en mal estado de conservación. Aún así, tampoco tiene partes excesivamente complicadas.

La otra parte, del Genal al Genalguacil empieza mal. Mal por la señalización, se ha perdido la del PR y solo está la del sendero local de La Escribana, y muy mal por el estado del camino. El inicio desde el río está prácticamente perdido. De hecho está tan mal que ni subí los 500 m que lo separan del cruce con la carretera con la que se cruza después. Desde esa carretera, el trozo del camino que llega a ella no parece estar mal, pero no sé cuándo empieza a estar bien. Desde esa carretera hasta Genalguacil el camino está mejor, tiene una pendiente hacia arriba fuerte y el primer tramo está encajonado entre parcelas con mucha vegetación, por lo que solo se puede subir de uno en uno. Camino arriba, cuando se ha ganado bastante altura, el camino se abre y permite ver el paisaje de los alrededores. Desde la carretera hasta el final del sendero, un polideportivo en las afueras del pueblo, quedan algo menos de 2 km. El pueblo está a unos 300 m del polideportivo.

El Sendero local Sendero Prado de la Escribana es un sendero local de Genalguacil que comparte con el PR-240 el tramo que sube del río Genal a Genalguacil. El sendero es circular, y la otra forma de acceder desde el Genal al pueblo es a través de un carril que bordea el barranco del Río Almarchar durante algo menos de un kilómetro y medio. Ese carril es amplio, está en muy buen estado y no tiene fuertes pendientes, es muy fácil de andar.. El resto del camino al pueblo se hace por un sendero que no he recorrido personalmente. Ese tramo, de algo menos de un kilómetro, gana buena parte de la altura que resta hasta el pueblo, por lo que la pendiente tiene que ser fuerte.

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