De Moclinejo a Cerro Salazar (21/ene/2012)

La primera excursión del año estaba programada entre Moclinejo y Totalán, con los almendros en flor como uno de los principales atractivos de la misma. En los días anteriores hubo un conato de cambiarla por otra a la Sierra de las Nieves, pero finalmente mantuvimos la intención inicial y fuimos a Moclinejo.

Por supuesto, no respetamos completamente el plan inicial, que era ir hasta Totalán y volver, sino que en el camino decidimos no bajar a Totalán, sino desviarnos para el cercano Cerro Salazar y volver desde allí por donde habíamos venido a Moclinejo, aunque alguno hubo que se quedó con las ganas de bajar desde el citado cerro a las urbanizaciones de La Cala del Moral que divisábamos desde arriba. Seguir Leyendo
Empezando por el principio, fuimos en coche hasta Moclinejo, por la autovía del Mediterráneo, salida de Benagalbón y carretera de Benagalbón primero y la de Moclinejo después. Dejamos los coches aparcados en la explanada de la entrada del pueblo y desayunamos en la plaza del Ayuntamiento del pueblo. Ya con la tripa llena, nos dispusimos a coger el camino, que está señalizado como SL-A 68 Moclinejo - Totalán.

Como decían las indicaciones, salimos del pueblo por el arco de entrada por el que habíamos pasado antes y subimos un poco por la carretera de Almarcha hasta el primer indicador del camino, que arrancaba con una cuesta de quitar el aliento. Hasta ahí el mayor interés del paisaje era la Maroma, al otro lado del pueblo y con un poco de nieve en esas fechas. Cuando llegamos al final de la cuesta y cambiamos de vertiente, ya empezamos a ver el valle del Río Totalán, con el cerro de Santo Pítar y sus antenas y una espectacular central solar. Más lejos, al este y al noreste podíamos ver el Gallo y el Vilo, los Tajos de Gomer, la Torca, la Sierra de Enmedio y el Boquete de Zafarraya. Poco después hacia el oeste se podía ver ya la bahía de Málaga y buena parte del valle del Guadalhorce.

Desde ese momento el camino era mucho más llano (sí, nos suena casi increible pero por un día llaneamos por buena parte del camino), por un área eminente agrícola más que forestal, con una urbanización bastante desorganizada. Si no fuera una persona tan exquisitamente educada diría que pienso que casi todas, o todas, son esas miles de casas ilegales que han surgido por las buenas o ampliando la casita de aperos y que ahora la Junta de Andalucía ha tomado a bien legalizar o, mejor dicho, asimilar, sea lo que sea lo que signifique jurídicamente ese palabro. Pero no lo sé con seguridad, pues no lo digo.

El caso es que además de esta forma de urbanización que no resultaba de mi agrado, el paisaje mostraba un fuerte grado de erosión y deforestación. Había muchas zonas cultivadas, eso sí, unas pocas con su buena vegetación silvestre, pero el tono general con el me quedé es que la zona estaba muy castigada, lo que para mí le restó bastante interés al día. Seguimos el sendero por los carriles señalizados, porque eso sí, el camino está muy bien marcado y es difícil perderlo. Sin embargo, cuando llegamos al punto en el que hay que bajar al río Totalán para cruzar a Totalán, donde hay un par de placas solares, como decía el cartel explicativo del sendero, nos detuvimos a reconsiderar el plan del día y decicimos que, en vez de bajar a Totalán, subiríamos al cerro Salazar, que estaba bastante cerca siguiendo recto por un sendero más pequeño.

El camino al cerro Salazar está rodeado de almendros, que estaban en flor como nos prometieron los promotores de la excursión del día, y llegamos hasta el vértice geodésico. El paisaje allí incluía el Mediterráneo, las urbanizaciones de La Cala del Moral y Rincón de la Victoria, la fábrica de cemento de La Araña y la bahía de Málaga. Todos estuvimos de acuerdo en que aquel no era el sitio más acogedor para dar cuenta de los bocadillos y volvimos sobre nuestros pasos hasta la sombra de una encina donde que sí que paramos a yantar.

El camino de vuelta fue por el mismo sitio, excepto en un par de tramos breves, en los que a la ida habíamos cortado por algunos de los cerretes que el camino rodea y a la vuelta sí que los hicimos por el camino, y también en la entrada al pueblo, que la hicimos por un carril que bajaba un poco antes que el primer repecho que tuvimos a la ida. Este carril nos dejó en una de las fuentes del pueblo que algunos de los nuestros aprovecharon para un refrescante pediluvio.

En el blog Las Rutas de Sendericu podemos ver la crónica de una ruta cercana, entre Totalán y el cerro Salazar.

Comentarios

José Antonio Ruiz Heredia ha dicho que…
SENDERICU: Gracias compañeros por informar de mis rutas en vuestro blog.
Caminos de Málaga ha dicho que…
Hola José Antonio,

un placer por nuestra parte, nos gusta enriquecer nuestra página con buenas rutas que vemos por ahí.

Saludos

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