Nacimiento del río Guadalmedina (10/feb/2007)

Esa mañana, fresca y nublada, nos reunimos Ernesto, Arantza, Arturo y Teresa por parte de los autores, Pilar, Pepe Caballero, Roberto, José María, Javier, Deli y Roberto por parte de los meritorios y Curro como nueva adquisición. Del Reino de Granada nos honraron con su presencia Pepe Terrón, Antonio Romero y Ana.

El objetivo era visitar los llanos donde nace el río Guadalmedina, un lugar precioso que sirve para reivindicar un pobre río al que se le mira por encima del hombro por la autovía de las Pedrizas y se convierte en un cauce seco a su paso por Málaga, sólo lleno de agua embarrada cuando la presa del Limonero no puede aguantar más en días de lluvias fuertes.
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La ruta que escogimos para llegar a nuestro destino transcurre por la sierra de Camarolos de sur a norte, ascendiendo el curso inicial del río, primero por un barranco con numerosas pozas y saltos de agua y después por terreno menos empinado hasta llegar a los llanos donde nace el río.

Al inicio de la excursión se accede desde lo que creemos que es el antiguo camino de Alfarnate a Antequera, que era la comarcal MA-115 y ahora ha sido redenominada como A4152. Para llegar hasta allí desde Málaga capital se sube al norte por la autovía de las Pedrizas (N-331) hasta la salida de Casabermeja (en el kilómetro 523, marcada como Casabermeja, Colmenar, Villanueva de la Concepción) y allí se coge la A-356 hacia el este en dirección a Colmenar y Riogordo. Tras unos 9 kilómetros se llega al cruce con la A-7504 (antigua C-340) hacia Villanueva de Cauche y Alfarnate y unos 2'5 kilómetros después se llega al cruce con la A-4152 (antigua MA-115). Se sigue por esta carretera en dirección a Alfarnate hasta un carril que hay en la parte izquierda un poco antes del kilómetro 16 (la salida coincide con un mojón que indica el kilómetro 523 de la antigua MA-115 y está flanqueada por eucaliptos).

Se toma ese carril, con firme de gravilla, y tras unos 2 km pasando por olivos y cereales se encuentra el río, que pasa entubado por debajo del carril, y se puede ver la sierra de Camarolos y el barranco por el que desciende el Guadalmedina. En ese momento dejamos los coches, pues es por ese barranco por donde ascenderemos. Seguimos un poco por el carril hasta llegar a unas casas (¿el cortijo de Juana María?) y justo antes de ellas nos echamos al monte hasta llegar a un camino a media ladera que lleva hasta el barranco y acaba en una caseta de traída de aguas.

A partir de ahí continuamos el ascenso por una vereda marcada pero muy estrecha que llegó a resultar incluso peligrosa porque la lluvia de los días anteriores había dejado barro y era muy resbaladiza. El Guadalmedina discurre mientras tanto por nuestra derecha con numerosas pozas y saltos de agua entre abundante vegetación. En el ascenso entramos en un primer encinar que nos acabó llevando a la mayor y más espectacular de las cascadas que vimos ese día y a partir de donde el camino se hace notablemente más llano. En ese tramo tuvimos que cruzar una primera valla (funesta manía la de ponerles puertas al campo) y seguimos caminando un rato, ya con las paredes calizas del cerro del Realengo a nuestra izquierda, y a la derecha un bello encinar que mostraba restos de un antiguo incendio. Tras llanear durante un rato, a la altura de una de estas paredes rocosas, viramos a la derecha y cruzamos el río y una segunda valla para andar por un bonito encinar que había en la margen contraria del río. Seguimos por el encinar por un camino poco visible, sin alejarnos de los riscos del Realengo y acabamos por dejar el río a nuestra derecha y volver a cruzar la segunda valla para dirigirnos a la parte final del camino.

En ese momento el río gira a la izquierda (hacia el noroeste) en la base de una cresta a través de la cual accedimos a los llanos donde están las turgencias que dan el primer caudal al río, flanqueados por imponentes paredes de rocas, muy verticales en la parte norte, con notables ejemplares de hiedra cubriendo muchos de ellos. Al fondo de este valle se veía, mejor dicho se adivinaba, por lo niebla que nos acompañaba, el cerro de la Cruz, desde cuya cumbre se dispone de magníficas vistas a ambas vertientes. Nuestro objetivo inicial no era esa cumbre, sino el cerro del Realengo, desde el que pretendíamos disfrutar de las vistas que se tienen del valle alto del Guadalmedina y el corredor de Colmenar. Sin embargo, era la hora de comer, estaba nublado y hacía viento y frío, por lo que buscamos el abrigo de algunas rocas para almorzar. Como el cobijo no fue muy bueno, decidimos que no teníamos suficientes ganas de coronar el Realengo, desde donde sí que parecían ver otros amigos con los que coincidimos allí, e iniciamos el camino de regreso.

La vuelta no la hicimos exactamente por el mismo camino. Para empezar, no cruzamos el río, sino que volvimos a la primera zona llana pegados a la base de las paredes de roca y cruzando un precioso quejigal que había en la base de éstas. Un rato más tarde, más o menos a la altura en que cruzamos el curso del río, encontramos un abrevadero de 5 cuerpos de roca tallada. La parte final no la hicimos por el margen del río, como en la ida, sino por un camino más alto a través de encinares. Finalmente, llegamos a la carretera pero después de las casas que nos habían servido de referencia para empezar la subida.

Esta misma excursión está mucho mejor explicada en el itinerario 32 (Nacimiento del río Guadalmedina) del libro Por los Ríos de Málaga, de los que algunos miembros del grupo son autores. Aunque, por supuesto, no es un paraje desconocido, como lo demuestran los numerosos cartuchos de escopeta que ensucian el paisaje, no hemos encontrado muchas descripciones de este recorrido por la misma ruta. En la SEO de Málaga proponían una salida que con el mismo camino para observar aves, de la ofrecen una sucinta descripción. En www.portalaxarquia.com proponen una excursión por la Sierra de Camarolos - Hundidero y hacen referencia a la zona donde nace el Guadalmedina. En la web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, también ofrecen un recorrido por la Sierra de Camarolos y Hundidero donde se incluye otra propuesta para ascender al cerro de la Cruz, con un recorrido muy similar al que hicimos nosotros.

Éstas son todas las fotos de la excursión.

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